La mortadela sevillana es un embutido cocido que se elabora a partir de carne de cerdo finamente picada. Se distingue de la mortadela común porque se elabora con aceitunas verdes y algunos frutos secos como los pistachos. Su sabor es delicado y su aroma intenso y especiado. Lo más habitual es que la mortadela se consuma cruda y en frío, siendo uno de los ingredientes más utilizados para la elaboración de bocadillos y sándwiches.
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